La dieta juega un papel fundamental para que todo tu sistema inmunológico y tu organismo se ponga a trabajar para combatir el cáncer de manera efectiva, por eso hoy te mostramos como tambien puedes incluir una dieta alcalina que es natural y está compuesta principalmente por verduras, frutas, granos y proteínas.
Descubre 6 cambios que te proponemos para tu dieta y mira que deberías hacer si has sido diagnosticado de cáncer.
LOS 6 CAMBIOS CLAVE EN TU DIETA PARA CURAR EL CÁNCER
1. ADOPTA UNA DIETA ALCALINA PARA REDUCIR INFLAMACIÓN Y MEJORAR EL PH DE TU ORGANISMO:
El estilo de vida actual de muchas personas provoca que se descuide la alimentación y se tiende a caer en una dieta que promueve la inflamación y un alto pH intracelular. Esta condición es conocida como acidosis latente y puede ser la causa de un sinfín de enfermedades, como el cáncer.
Una dieta alcalina reducirá ese pH intracelular y sin duda es la mejor defensa para disminuir la inflamación del cuerpo. Esta dieta se compone de vegetales orgánicos de hoja verde, hierbas, especias, cebollas, ajos, puerros, cebolletas, brócoli, coliflor, judías, coles, lentejas, guisantes, nueces y semillas.
Además, debemos incluir una o dos tazas de granos sin gluten, como arroz, una porción de pescado, pollo orgánico o carne varias veces por semana. Finalmente, asegúrate de consumir al menos dos o tres piezas de fruta fresca cada día.
2. ELIMINA EL GLUTEN
El gluten provoca inflamación en nuestro cuerpo y está relacionado directamente con enfermedades como el cáncer. Deberías evitar el consumir de granos con una alta concentración de gluten, como el trigo, la espelta(cereal) ó el centeno, incluso si son granos enteros.
Intenta excluir pastas, cereales, pan, pasteles, magdalenas, galletas y todo tipo de productos horneados. Empieza a optar por granos enteros sin gluten. Aquí puedes escoger entre el arroz, el trigo sarraceno, la quinoa, el mijo y el amaranto.
3. EXCLUYE LOS LÁCTEOS
Algunos estudios revelan, que el consumo de leche de vaca se ha relacionado con el cáncer, sobre todo por la proteína caseína que contiene. Los productos lácteos provocan inflamación y causan el cáncer de una manera muy similar a como ocurre con el azúcar. Elimina de tu dieta todos los productos lácteos y más combatiendo un cáncer.
4. UTILIZA ACEITE DE OLIVA, DE COCO Y DE AGUACATE
Deberías consumir solo aceite de oliva, de coco natural o de aguacate porque son antiinflamatorios, y siempre en frío.
El aceite de coco contiene también propiedades de antibacteriano y antifúngico, por lo que puede ayudar a esas personas que tienen el sistema inmune bajo, como sucede con los pacientes de cáncer.
Intenta eliminar de tu dieta cualquier otro aceite: maíz, canola, cártamo (flores) o girasol. La mayoría de estos aceites están muy procesados y pueden alterar la función de las células y promover el desarrollo del cáncer.
5. ELIMINA EL AZÚCAR
Las células cancerosas suelen utilizar más glucosa que las células sanas. El metabolismo del azúcar crea un ácido que, a su vez, promueve el desarrollo del cáncer.
Si consumes una alta cantidad de azúcar en tu dieta, suprimes la función en el sistema inmunológico y aumentan los niveles de insulina en tu cuerpo, lo que crea cierta resistencia a esta sustancia. Esta resistencia también está ligada al cáncer.
El azúcar procesado también reduce el magnesio en el cuerpo, lo que hace aumentar la proliferación del cáncer. Se recomienda eliminar todo azúcar de la dieta, incluso los productos edulcorantes naturales, como la miel o el agave.
6. MÁS CAMBIOS EN LA DIETA
Se debe eliminar completamente el consumo de alcohol, así como zumos embotellados de frutas con una alta concentración de azúcar. Si quieres zumos, debes optar por prepararlos tú mismo con frutas y verduras frescas.
Por otro lado, reduce el consumo de café a una taza al día y aumenta el agua, té verde, té de jengibre, té de salvia y té de menta. También puedes tomar estas tres bebidas que son alcalinas, el jugo de un limón varias veces al día, el zumo de remolacha o de zanahoria.
Pueden parecer muchos cambios en una dieta, pero es realmente sencillo. Solo tienes modificar tus recetas habituales e ir incorporando alimentos saludables, además de eliminar todos esos productos que pueden ser peligrosos para tu salud y el progreso del cáncer.