A la hora de limpiar es tan importante quitar la grasa y la suciedad como que tarde en volver a aparecer. Por eso te damos otro consejo: cuando te vayas de casa cierra las persianas. O, al menos, déjalas bajadas durante parte del día. Así verás como cada vez hay menos polvo. Normalmente en los cristales de la casa se nos acumula mucha suciedad de las ciudades que entra por la ventana. En tu mano está que entre menos y, así, tengas que mantener y limpiar mucho menos.